Enrique Viciano, co-director y productor de El quinto jinete, dio la bienvenida a todas las personalidades y público que se dieron cita en la première mundial del documental el pasado jueves, 2 de octubre, en el Palau de les Arts.
Aquí podéis leer el texto íntegro del aplaudido discurso.
Bona vesprada a tots. Buenas tardes a todos.
Vicente Blasco Ibáñez ha estado presente en nuestras vidas casi los últimos ciento cincuenta años. Desde su juventud ya mostró las trazas de inquieto, emprendedor, destinado a ser líder en el mundo editorial y político, periodista incansable, buen escritor y distinguido orador, aprendiz de director de cine y guionista versátil. También agitador y duelista, buen conversador y amante de la vida en sus excesos. En resumen, un hombre infatigable que nos ha legado un patrimonio cultural inmenso, expresión de talento y buenas maneras. Un escritor traducido a más de 50 idiomas, aclamado en universidades de medio mundo, al que se le estudia con pasión y fervor, y cuya prosa es calificada por los estudiosos como cautivadora y moderna. Un orgullo para las generaciones futuras. Al lado, dejaremos aquello que formó parte de su vida privada, y no nos concierne, solo su esencia como valenciano ilustre y hombre de mundo.
La oportunidad, siendo ya un escritor afamado y querido, le vino tras ser condecorado con la Legión de Honor de la República Francesa, por tomar partido en el bando aliado, escribir la “Historia de la Guerra europea de 1914” y la novela “Los cuatro jinetes del Apocalipsis”. Ambas obras, en su conjunto, son un compendio de buen periodismo y buena literatura, dejando al margen el propósito que le movió a escribirlas: la defensa de los ideales de libertad y fraternidad, y la gran oportunidad de servir a Francia como “soldado de pluma».
Blasco Ibáñez no imaginó que su contribución a ganar la guerra del 14, iba a proporcionarle ser visto por el público francés y norteamericano como una persona cercana, entrañable, dicharachera, en fin, como un amigo en el que se podía confiar, y por el bando de los imperios centrales como un bardo a batir por su destreza en el uso de la propaganda aliada.
La publicación de la novela “Los cuatro jinetes” en el verano de 1916, y la venta de los derechos de la misma a una compañía norteamericana, ha dado pie a lo que todos ya conocemos: el éxito rotundo, el conferenciante mejor pagado de su tiempo, el autor que más dinero ganó en su época por la adaptación cinematográfica de la novela, y para los que amamos el cine, la corona de laurel con la que D. W. Griffith le confirmó como una de las diez mejores obras cinematográficas mudas de todos los tiempos. Bien, esa es la historia que se escribe con letras de oro.
Pero hay otra historia, más sutil, más compleja, menos conocida, más hacia dentro, la que sufrió su legado cultural, su patrimonio, su familia. A los dictadores no les gusta la cultura, y menos si la misma es expresión de libertad. No podemos olvidar, que su ideología republicana y su pertenencia a la masonería, le ha hecho ser un personaje incómodo y difícilmente clasificable. Esto hizo que durante el Franquismo su familia sufriera persecución, su editorial fuera saqueada y quemada, sus propiedades confiscadas y lo que hoy conocemos como Casa Museo, un lugar en el pasado, inhóspito, poblado por Flechas Azules de la Falange.
Quiero saludar y que demos un merecido aplauso a Doña Gloria Llorca, nieta de D. Vicente Blasco Ibáñez, que está presente en la sala.
La película que hoy presentamos, “El quinto jinete”, es producto del entendimiento con la actriz, guionista y directora Rosana Pastor, de su empeño y predisposición a aprender todo tras la cámara, pues todos conocemos sus excelentes trabajos como actriz, y de una verdadera apuesta de la productora Buenpaso Films por hacer visible el esfuerzo de la realizadoras valencianas, que están ocupando puestos cada día más destacados en el panorama creativo español. También mencionar el esfuerzo de todo el equipo artístico y técnico que han participado, así como el trabajo de interpretación de Juli Mira y Mireia Pérez, protagonistas de la película.
La película concentra la participación de un nutrido grupo de especialistas en la figura de Blasco Ibáñez, y la colaboración de numerosas instituciones internacionales. Quiero recordar, que el interés de EEUU en la figura de Blasco Ibáñez, parte de las investigaciones del profesor norteamericano de literatura española, Paul Smith, de la Universidad de California, de su continuación por el también profesor, Christopher Anderson, de la Universidad de Tulsa, Oklahoma, y del profesor Rafael Corbalán, de la Universidad de Nueva York. Y en Europa, son de destacar las investigaciones de la doctora Cécile Fourrel de Frettes, de la Universidad de Paris III.
A título personal quiero agradecer, además de los ya citados, el decidido y constante apoyo de la directora de la Casa Museo, Rosa María Rodríguez Magda, de Ángel López, secretario de la Fundación Centro de Estudios Vicente Blasco Ibáñez, y a los catedráticos aquí presentes Joan Oleza, Facundo Tomás y Jenaro Talens, y excusar la no presencia de Aurora Bosch, Ramón Tamames y Román Gubern que se han excusado por problemas de agenda. También quiero agradecer la colaboración de la Universidad de Valencia y al director del Taller de Audiovisuales y productor delegado, Miquel Francés, por sus sabios consejos.
La película es una producción independiente, ha contado con un presupuesto ajustado a los tiempos de crisis, y hay que destacar la implicación de todas las instituciones valencianas relacionadas directa o indirectamente con la figura de Blasco Ibáñez, que han prestado su apoyo incondicional, facilitando acceso a archivos y documentación. Especialmente el Ayuntamiento de Valencia y la Filmoteca Valenciana Culturarts-IVAC.
Por último, quiero transmitir la tremenda dificultad de producir en Valencia, donde el 80 por ciento de las empresas productoras o de servicios audiovisuales han tenido que cerrar, abocadas por el cierre de Canal 9 y por las adversas condiciones de la política audiovisual impuestas por el Ministerio de Cultura.
Sin industria audiovisual no hay cultura, y si no hay cultura que nos identifique como pueblo, no somos nada. Además del efecto colateral que ello tiene sobre la economía a nivel global, es especialmente sangrante sobre la economía de las familias que viven de este sector en la Comunidad Valenciana.
En Valencia hay talento y emprendimiento. La Conselleria de Cultura, que me consta que está haciendo un gran esfuerzo para cimentar sobre las dificultades, consideramos que debe trabajar en la línea de afianzar la seguridad de las productoras con planes estables, proporcionando ayudas progresivas para retornar el equilibrio perdido. Los planes bianuales anunciados por Presidencia, pueden ser un buen augurio si se materializan en el corto y medio plazo. Desde aquí se pueden hacer cosas muy interesantes, el público y mercado internacional nos espera.
No podría terminar esta presentación, sin mencionar a Felipe Garín, director del Consorcio de Museos, y a quién ha sido el impulsor de que la película esté esta noche aquí, que exista la exposición “V. Blasco Ibáñez, cronista de la Primera Guerra Mundial” y el congreso “Arte, literatura y cine en la I Guerra Mundial”, Rafael Ripoll, hasta hace poco Secretario Autonómico de Educación Cultura y Deporte. Gracias Rafael. Querida Julia, el listón lo ha dejado muy alto, pero sabemos que tu sensibilidad con el sector audiovisual continuará esta labor.
Gràcies. Gracias.
