La semana pasada se anunció una reedición del ‘día del espectador’ de toda la vida en unas 300 salas españolas. La intención de los distribuidores es buena, pero insuficiente. No se podrá acercar el cine en pantalla grande a los españoles mientras el gobierno no lo apoye como industria y cultura y los representantes del sector no consigan ser un ‘lobby’ competente.
Los españoles siguen pagando un 21% de iva, frente al 5’5 de países vecinos como Francia, cuya industria cinematográfica es rentable.
Recomendamos la lectura de este artículo de Borja Hermoso Villaverde en El País, donde nos da una clara visión de la situación y los parches: Cines de España y cortinas de humo.
