[dropcap]T[/dropcap]ras el espectacular éxito de ventas de Los cuatro jinetes del Apocalipsis en los Estados Unidos en 1919, la Metro ofreció a Vicente Blasco Ibáñez un sustancioso contrato de 20 mil dólares y un diez por ciento del beneficio en taquilla para llevar a la pantalla la obra, la cual se presentó en las salas de exhibición estadounidenses en 1921. Unos cuarenta años más tarde, Vicente Minelli readaptaría esta novela de Blasco Ibáñez para la Metro Goldwyn Mayer, la cual tuvo su primera presentación en 1962.
En este estudio analizaremos los rasgos comunes y las mayores diferencias entre la novela y las dos versiones cinematográficas, todas ellas con rasgos muy únicos pero con un hilo conductor común que a nuestro entender explican su gran éxito entre el público de los Estados Unidos.
En las tres versiones de la historia existe un mensaje pacifista, representado por los cuatro jinetes del Apocalipsis y la miseria que representa toda guerra, y al mismo tiempo se pone de relieve la imposibilidad de mantenerse neutral ante la agresión y la opresión de todo ataque contra los principios de democracia y libertad. Según nos explica Blasco en la introducción de la novela en 1923, los Cuatro jinetes se gestó en los primeros momentos de la Gran Guerra cuando el presidente de Francia, Raimond Poincaré, le pidió que escribiera una novela para ayudar a la causa aliada. Los biógrafos de Blasco también señalan como Blasco cedió casi de forma gratuita los derechos para que se tradujese su obra al inglés y se distribuyese en los Estados Unidos… “Porque veía en tal acto, ante todo, lo que significaba para la propaganda a favor de los aliados en una América vacilante y tanto tiempo retenida en la pendiente de la intervención… La idea de ejercer en el espíritu del pueblo americano una influencia, cualquiera que fuese, que beneficiara a Francia…”
A pesar de que la novela llegó a los escaparates de las librerías estadounidenses cuando el país ya había entrado en la contienda, eso no mermó su éxito en ese país al justificarse en ella los sacrificios de la intervención por parte de los Estados Unidos. La obra, por tanto, hay que entenderla con un fin propagandístico, que sin llegar a obtener el propósito que tenía al ser escrita, sí que sirvió para justificar la guerra a posteriori. En la versión cinematográfica de Rex Ingram se modificó el texto original y se añadieron unas escenas en las que se muestra la entrada de los Estados Unidos en la guerra y se incluye un rótulo en el que se puede leer “The Salvation Army” (el ejército de salvación) que no están incluidos en la novela. La versión de Minelli en cambio se produce en un contexto completamente diferente al no tratarse de la primera Guerra Mundial sino de la segunda. En ambos casos, la familia argentina simboliza la postura de los Estados Unidos en los dos conflictos. Al igual que en la trama de Blasco, los Estados Unidos se mantuvieron neutrales al principio de ambas guerras y posteriormente participaron plenamente al lado de las democracias aliadas, frente al imperialismo del Káiser o de Adolf Hitler.
Blasco dedica la primera parte de la novela a explicar el significado de los cuatro jinetes del Apocalipsis y las razones tanto alemanas como aliadas para iniciar la guerra. En la novela, Blasco mezcla razones políticas y raciales que justifican el afán germánico por invadir a sus vecinos, principalmente los de origen latino. En la novela son abundantes los comentarios sobre el racismo germánico, los cuales fueron eliminados o se les dio un plano muy secundario en ambas adaptaciones a la pantalla, aunque se mantuvo la crítica al militarismo germánico y su afán expansionista. La razón que puede explicar estas omisiones, más allá de los problemas en su adaptación a la pantalla, es la corrección política en un país donde los perjuicios raciales todavía eran muy fuertes en 1921 y donde un gran porcentaje de su población era y todavía es hoy de origen alemán. La versión de Minelli, sin entrar en la cuestión racial como lo hace la novela, sí trata el delicado balance entre las posturas alemanas y francesas en la familia Madariaga. Antes de la cena en la que se celebra el regreso de uno de los nietos de Alemania, ambas familias“…Alemania, Heinrich, dice hablan con sus hijos de los temas que se pueden tratar en la cena familiar. Todo se arruina cuando el recién llegado de Alemania, Heinric, dice a Madariaga que pertenece al partido Nazi y éste explota en una profunda cólera al predecir la llegada de los cuatro jinetes del Apocalipsis.
El gran acierto de Rex Ingram fue la selección para el papel de Julio Desnoyers a un poco conocido actor italo-francés: Rodolfo Valentino. La insistencia del guionista June Mathis en incluir a Valentino, a pesar de las objeciones del estudio que lo veían como demasiado latino, probó ser un gran acierto que contribuyó en gran medida al éxito de esta película en los Estados Unidos. Lo que Blasco describe como el “hombre meridional” en la novela, la Metro lo convierte en una cara latina de cabellos engominados, ojos seductores, gran bailador de tangos y capaz de besar pasionalmente a una mujer. Así nace el mito del “Latin Lover” que luego seguirían otros casanovas latinos como Antonio Moreno o Ramón Novarro. Curiosamente, en la versión de Minelli el papel del Julio lo representó Glenn Ford que ni se ajustaba al prototipo de “Latin Lover”, ni tenía la juventud de Rodolfo Valentino cuando representó ese papel. En todo caso, Glenn Ford, sin llegar a bailar los tangos pasionales, ni besar de la forma en que lo hizo Valentino en la pantalla, interpreta el papel de joven aventurero que en un principio se ve ajeno a lo que está sucediendo en su entorno y finalmente no tiene más remedio que tomar parte a favor de los aliados, en su caso la Resistencia francesa.
En las tres versiones, cabe decir, la decisión de Julio Desnoyers de apoyar la causa aliada tiene razones personales y de busca de justicia. En la versión novelada y en la cinematográfica de Rex Ingram, Julio se siente marginado en su postura de neutralidad ante el entusiasmo popular francés para luchar contra el imperialismo Alemán. Además de eso, Blasco incluye en la novela la tragedia de Marcelo Desnoyers, quien huyó de Francia a la Argentina por no servir en el ejército y es una lacra que de alguna manera debe limpiar Julio. Por otra parte, están las atrocidades cometidas por los alemanes que Julio no puede ignorar. En la versión de Minelli, la motivación para entrar en la Resistencia es distinta. Aquí los alemanes han ocupado París y sus parientes germanos, los Von Hartrott, ocupan puestos de importancia en el ejército de ocupación. Julio tiene de este modo acceso a lugares reservados para la oficialidad alemana, lo que lo convierten en pieza indispensable para la Resistencia. En este caso, la decisión de Julio de abandonar su neutralidad se produce cuando su hermana Chi Chi es detenida y asesinada por las fuerzas alemanas por pertenecer a la Resistencia. En las tres versiones, sea por razones personales o por revelarse contra la injusticia, el abandono de la neutralidad de Julio Desnoyers simboliza el devenir de la postura estadounidense durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial.
A pesar de tratarse de una novela claramente a favor de la causa Aliada y con claros fines propagandísticos, Los cuatro jinetes del Apocalipsis también encierra importantes principios morales que deben ser analizados. La novela se debe entender como pacifista. Las guerras representan violencia, pobreza y muerte; y a pesar de ello Blasco trata de comunicar que hay situaciones en que no tenemos más remedio que tomar parte en ellas si haciéndolo así defendemos la libertad y la democracia. Por otra parte, los personajes principales, especialmente Julio Desnoyers y Marguerite Laurier, plantean principios morales en un momento de conflicto armado y de grandes avances en los derechos de igualdad entre los sexos.
Marguerite Laurier es una mujer casada que se enamora de Julio y vive con él una apasionada historia de amor. Recordemos que la novela se escribe antes de que se legalizase el derecho al voto para la mujer en los Estados Unidos o en España. Unos años donde la infidelidad de la mujer tenía unas connotaciones sociales muy distintas a las de hoy y en la que el debate entre el matrimonio por amor o por intereses o tradición todavía era muy polémico en esa sociedad. Para Blasco Ibáñez la inclusión de esta trama en la novela le permite plantear el tema de las uniones matrimoniales, el divorcio y al mismo tiempo la tragedia que supone vivir con una persona a la que no se ama, pero a la que nos une una obligación moral. En la novela Marguerite debe volver con su marido para cuidarlo de las heridas sufridas en la guerra, y éste es el detonador que lleva a Julio a alistarse para ir a la guerra. En la versión de Rex Ingram, Marguerite regresa con su marido, pero el amor que todavía siente por Julio le lleva a intentar abandonar a su esposo y es retenida por una imagen de Julio, como si se tratase de un sueño, que le pide regresar y cuidar a su esposo. Minelli, en cambio, separa temporalmente a Marguerite de Julio, pero ambos reanudan su relación tras la muerte del marido de Marguerite hasta que Julio debe partir a una peligrosa misión en la que perderá la vida.
Sin llegar a ser una “mujer fatal” como las representadas por Blasco en otras de sus novelas, como Sangre y arena o Mare Nostrum, Marguerite Laurier tiene muchos de los rasgos de esas divas que por medio del amor prohibido llevan al personaje principal a su ruina e incluso al fallecimiento. Marguerite ama a Julio, pero su imposibilidad de abandonar a su marido lleva a Julio a la muerte, aunque paradójicamente es ese gesto el que motiva la defensa de una causa. Los cuatro jinetes del Apocalipsis inicia un ciclo de novelas de tema a favor de Francia y de la causa aliada en la Primera Guerra Mundial. Al mismo tiempo comienza una fase de novelas de tipo internacional que tras el éxito de Los cuatro jinetes en los Estados Unidos lo llevaría a escribir para el cine escenarios pensados para este medio, los cuales debían cumplir los requisitos impuestos por esta industria y adaptarse al los gustos del público estadounidense. Una nueva forma de escribir que tiene muy pocos ejemplos entre los literatos españoles. A Blasco debe el cine de los Estados Unidos una de las producciones más importantes de su cinematografía, el nacimiento de mitos como el Latin Lover, y el haberse hecho famosos en sus adaptaciones al cine actores y actrices como Rodolfo Valentino y Greta Garbo.
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Recordemos los muchos escritos en defensa de las mujeres que tiene importantes exponentes en España desde el Neoclasicismo. Con obras como «La defensa de las mujeres» de Feijoo, «Electra de Galdó»s o «La flor de la playa» de Carmen de Burgos.
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